Edición Agosto | Septiembre 2018
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EL MÁGICO MANGLAR

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grupados, en posición de defensa. Así estarán siempre estos seres verdes, alineados en gran extensión de lagunas y otros lugares acuáticos de Margarita y del planeta. A pesar de encontrarse en zonas cenagosas de los países intertropicales del mundo, con semejanzas y características comunes, la variedad margariteña es la misma o semejante a la del atlántico americano. Sin embargo, el manglar de nuestra región insular, muestra un color oscuro en su corteza.

ESTOS ÁRBOLES TROPICALES se desarrollan en tupidas formaciones, de las cuales se percibe similitud con un extenso muro laberíntico que cumple con la mágica misión, encomendada por la naturaleza y El Supremo Rector, de proteger al suelo circundante, de la erosión, y a la isla, de tormentas tropicales. Además de la labor de purificación ambiental que realizan silenciosa y efectivamente, desempeñan el papel de sostén de la apetecida ostra, propician un ambiente adecuado para la vida de ciertas especies marinas; proporcionan alimento a peces y a humanos. En sus ramas altas, es posible observar nidos de alcatraces, por lo que ser base de éstos, es otra maravilla de la que la naturaleza dotó a estos impresionantes arbustos

MISTERIOSAMENTE INGENIOSO

Para subsistir en un medio ambiente semi hostil debido a la brisa fuerte y constante, suelo fangoso y elementos externos trastornadores, dicho arbusto ha hecho uso de su capacidad de adaptación y fortalezas, al hacer brotar de su tronco ramas o raíces en forma de zancos lo que le permite afianzarse en el suelo ¨flojo¨. Además, se entrelazan con las ramas o raíces de sus vecinos para así unificar fuerzas en su lucha por la sobrevivencia.

OTRA MARAVILLA DE ESTA ESPECIE es su capacidad de crear sus planticas sobre el mismo, sin que el fruto se desprenda. Nacida la plántula sobre el árbol desarrolla una larga raíz que le permite, una vez caída en el fango, fijarse a éste rápidamente, o si no, lo hará al tocar suelo a mayor distancia. Vale la pena que los humanos ayudemos al mangle en su misión, que al final de cuentas y de todo, es, salvaguardar el planeta, y por tanto, a sus habitantes. Un recorrido en lancha por las Lagunas de Las Marites y La Restinga, nos facilita apreciarlo y comprenderlo directamente.

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CRUCES Y CANTOS

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oblaciones de Margarita tienen una o más localidades destinadas a la cruz. Ya sea en una esquina, cerro, final de algún poblado; destaca el símbolo cristiano, sembrado, según diversas versiones, por diferentes motivos, oportunidades y ocasiones. Algunas de éstas, antañonas; otras, de origen más reciente. Lo cierto es que ahí están, debidas a una promesa, algún sueño o por cierta visión. Hay quien sostiene que esas cruces fueron colocadas ahí para espantar el mal. Sin embargo otros lugareños indican que esto no es así: “su presencia es simplemente para bendición del lugar” donde se encuentre.

CADA CRUZ, EN CADA LUGAR O PUEBLO TIENE SU PROPIA LEYENDA O HISTORIA. Obviamente, las primeras cruces traídas a estas tierras, así como otras elaboradas aquí, son de origen misionero, hoy sustituidas o renovadas debido al paso del tiempo; no obstante, los pobladores le seguimos diciendo “La Cruz de los Capuchinos”a la cruz ubicada en la parte más alta de uno de los cerros que conforman El Valle del Espíritu Santo o Valle de la Margarita, por citar un ejemplo.

EN CIERTAS POBLACIONES la cruz está presente en capillas destinadas solo para su devoción. Pero también se le puede encontrar bajo el cobijo de árboles, bajo techo o enramadas de hojas y palmas de coco. Adornados con flores y otros objetos, estos sitios se convierten en lugares adecuados para los cantos de los velorios en honor a la cruz de mayo. Conocidos como galerones, son famosos los realizados en La Ermita de Los Robles.

Por cierto que Margarita tiene un centro urbano con el gran honor de llevar el nombre de La Cruz Grande que, junto con otros sectores, conforma un gran centro poblado integrante de la comunidad indígena, descendiente de la civilización guaiquerí. Su capilla está ubicada en la intersección de las vías a La Asunción y El Valle del Espíritu Santo.

LOS EMPLUMADOS GLADIADORES

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n varios rincones de Margarita, los fines de semana, principalmente, el ambiente se nutre de euforia. Apuestas, contra apuestas, pujas y retos impregnan el aire de alegría y fiereza. Aunque este reto es creado por humanos, está motivado por el enfrentamiento entre dos colosos de la lucha. es decir, está, en ese momento, ocurriendo una muy tradicional pelea de gallos.

Como dos gladiadores en el coliseo, estos finos animales se están enfrentando, hasta que uno de ellos logre vencer al otro. Esto, que al principio nos puede parecer tan obvio o muy fácil; no lo es así, ya que uno de los contendores debe matar, hacer huir o sea retirado, el otro combatiente, según las normas y ciertos requisitos formalizados en el reglamento respectivo, entre otras exigencias propias de la contienda.

Para lograr esa posición, el combatiente debe pasar por un riguroso entrenamiento físico-orgánico y de aprendizaje. Esto incluye, salud, vacunas, alimentación y condicionamiento de su labor más allá de la que posee en su ambiente natural, además de otras atenciones. Se dice que este animal amigo proviene de una especie de dinosaurios feroces, sin embargo, su ferocidad y habilidad aprendidas son superiores a las proporcionadas por su instinto.

La preparación para el encuentro incluye, además, atención especial a su vida sexual al ser de casta y haber presentado buenas peleas, lo convierte en dador de crías. Solo debe pisar gallinas de casta y producir herederos luchadores. Igual interés merecen sus espuelas. Esta debe limpiarse, afilarse y protegerse para su cometido. Generalmente, a éstas se les adicionan espuelas artificiales hechas de carey (prohibidas), de plástico y de otros materiales.

ORIGEN Y APUESTAS

Investigadores sostienen que las peleas de gallos son muy antiguas, sin embargo a la américa llegaron con la conquista. Los españoles las introdujeron en nuestras tierras, alrededor del siglo xvi, pero se cree que en algunas islas del pacífico ya los indígenas las practicaban antes de la presencia de la corona. Posiblemente, indican, que los chinos hayan sido los primeros en entrenar gallos para la pelea, hace más de 2.000 años, y los romanos la ejercitaban como práctica de preguerra, mayormente.

Indiferentemente, las peleas de gallos son consideradas de gran entretenimiento; enraizadas en nuestras tradiciones, por ese u otro motivo, siendo el más importante de éstos, la apuesta. Desde pequeñas hasta altas sumas de dinero, corren en las contiendas. En algunos casos también son apostados otros bienes. Las apuestas tienen su propia lengua. Fórmulas como “diez dieces”, “fuertes a locha”, entre muchas otras, referidas a cantidades en pesos y reales, llena el ambiente de pasión y emoción pujantes por su favorito, cuya escogencia, para muchos galleros, depende de la pluma que mande ese día, en combinación con la fase en la cual se encuentre la luna. Algunos galleros jóvenes no utilizan esta práctica.

REGLAMENTO Y PLUMAS

Los más entendidos en estas lides nos conversan un poco sobre el reglamento que rige en asuntos de gallos de pelea. Este instrumento, “reglamento nacional de riñas para la selección y preservación del gallo venezolano,” establece objetivos, normas para las peleas, las galleras, clubes gallísticos, comportamiento, escogencia de jueces, de valla, de lidia: atribuciones, obligaciones. Normas para las lidias y campeonatos especiales. Razones para entablar o perder una pelea, y otras reglas también contenidas en los respectivos reglamentos regionales y sus asociaciones. el primer reglamento data de 1828. Desde allí se le ha dado forma a este hecho de la cultura nacional. y las tradiciones locales.

Los gallos de peleas se nos presentan en varios tipos, algunos de estos con mayor uso que otros, según el país o lugar, y la costumbre o denominación. Destacan el marañón, en el cual sobresalen las plumas marrón y rojo; zambo, plumas negras; cenizo, plumas grises. El giro posee plumas que varían entre verdes, amarillas y plateadas. En los javaos dominan plumas amarillas y blancas. En el gallo canagüey sobresalen las plumas blancas y algunas color marrón. Los marceros, cambiantes del color del plumaje en cada muda y los famosos gallinos, que tienen colas con puntas cortas. Estos y otros son organizados, en cuerdas, por sus criadores y propietarios, con gran orgullo, celo y honor ¡


Dr. Claudio Luis Quilarque

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